Honor y limpieza de sangre en el Perú virreinal: Parte 2 | FUENTES HISTÓRICAS 3

 

Tema 1


HONOR Y LIMPIEZA DE SANGRE EN EL PERÚ VIRREINAL

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1.2 Relación entre el honor y la limpieza de sangre en la España del siglo XVII

En el sistema de estamentos, honor lo es tan solo propiamente el de la clase alta. Toda otra pretendida manifestación es un honor inducido, secundario, subalterno. Por mucho que cada grupo quiera afirmar su honor –y ello es propio de tal régimen–, se trata de una participación por comunicación derivada. Honor es el de los “honoratiores” si se quiere, el de los poderosos, en una amplia acepción del término, esto es, el de los distinguidos. Solo allí se da la plenitud del sistema.

[…]

En el sistema de esa sociedad estamental –de la que los franceses llaman “societé d’ordres”– hay que decir que la sangre cuenta, y cuenta como vehículo transmisor, entre unas generaciones y las siguientes, de una pretendida superioridad de virtudes, superioridad teóricamente supuesta, gratuitamente afirmada […] se transfiere el honor del linaje de los antecesores al hereditariamente virtuoso, el cual posee la virtud por haber recibido la sangre misma de sus predecesores. (Maravall, 1989, pp. 43-44).

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1.3 Relación entre el honor y la limpieza de sangre en el espacio colonial

En el centro de la concepción del honor como distinción social se encuentra sin duda el factor de la ascendencia (“ascendientes”, “prosapia”, “descendencia”, “origen”, “linaje”, “rama”, “línea”, “cuna”, “hijo de…”). Ser “sujetos [...] esclarecidos en linaje” presuponía principalmente, según la tradición hispánica, la “limpieza de sangre” o sea la descendencia de cristianos viejos. El “deshonor” se fundaba, en cambio, en la “ínfima”, “vilísima” o “débil extracción”, el “bajo nacimiento”, la “ruin prosapia” o la “baja estirpe”. […] se consideraban carentes de “honor” un “hijo natural”, un “hijo sacrílego”, por ejemplo un “hijo de presbítero”, o un “hijo adulterio de una india”. (Büschges, 1997, p. 70).

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1.4 Honor y limpieza de sangre en una orden religiosa

Para preservar la Compañía [de Jesús] de la gente baja, ordinaria y sin linaje, los provinciales y rectores aplicaron los estatutos de limpieza de sangre en la selección de sus estudiantes y novicios en los colegios de Lima. En teoría, a los mestizos (comúnmente ilegítimos descendientes de padre español y madre india) y conversos (cristianos nuevos) no se les permitía la entrada en la prestigiosa orden ignaciana. Eran sospechosos de transmitir una herejía o deshonra basada en patologías humorales ocultas (circuncisión, flujos menstruales) que podían contaminar a los demás cristianos. La suciedad, la impureza y la inmundicia, como categorías discursivas y morales, sirvieron para justificar categorías étnico-sociales (p. ej. Conversos). Pero lo cierto es que los superiores se mostraron cada vez menos exigentes con los colegiales y coadjutores ya admitidos o con los futuros estudiantes americanos que aspiraban a entrar en las acreditadas instituciones jesuitas de Lima y provincias. Muchos de ellos acreditaban ser criollos, pero probablemente eran mestizos. […] El Colegio Real de San Felipe y San Marcos acusó al Colegio de San Martín de ser un simple colegio de gramáticos y de “indios, los que entran a título, y color de mestizos”. Sembrar dudas sobre la descendencia de sus colegiales equivalía a cuestionar el honor de la Compañía de Jesús. (Coello de la Rosa, 2011, pp. 48-49, 57).

Actividades

1. ¿Qué se entiende por limpieza de sangre y cuál es su relación con el honor en tiempos coloniales?

2. ¿Cómo se utilizó el concepto de “limpieza de sangre” en el virreinato?

3. ¿Cómo se aplicó el concepto de limpieza de sangre en las órdenes religiosas como los jesuitas? ¿Qué diferencia se plantea en el texto entre los colegios San Felipe, San Marcos y San Martín?

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